Victoria Santa Cruz: la performance musical
Palabras clave:
performance, ritmo, equilibrio, afroperuano, bienestar, músicaResumen
No es inusual que, al hablar de representaciones nacionales, se discuta una sola cara del país. En Puerto Rico también se ha tratado de desatender las identidades heterogéneas, ignorando que tales formas de existir aparecen desde las primeras manifestaciones artísticas en la Isla. Por ejemplo, en El velorio (1893) de Francisco Oller y Cesteros podemos apreciar un funeral sincrético, en donde queda contrastada la solemnidad europea y el proceder irreverente antillano. La demostración de la muerte en la cultura puertorriqueña posee atributos tragicómicos que validan tanto la soltura del desconsuelo y el mutismo sagrado del muerto como la alegría profana y el escándalo fúnebre. Entonces, ¿qué nos revela el comportamiento de aquellos que, de algún modo, celebran ante la descomposición del cuerpo? ¿Hasta qué punto la muerte es elevada a performance por medio de la música y el baile? Para ello, Tuntún de pasa y grifería (1937) de Luis Palés Matos y El entierro de Cortijo (1983) de Edgardo Rodríguez Juliá proveen algunas claves, partiendo de la premisa de que la cultura puertorriqueña —siendo producida en una nación en riesgo— libra una lucha contra el olvido. Además, interesa explorar cómo la relación entre música y muerte se traduce en un elemento de resistencia en un país políticamente en descomposición.